La comunicación con los Ángeles puede darse desde muchos niveles, desde el más superficial hasta el más complejo y profundo. Dependerá de nuestro grado evolutivo, de purificación y de conciencia. Por eso la comunicación angélica se manifiesta como una experiencia distinta para cada quien, porque cada quien está en diferentes niveles de conciencia, de patrones vibratorios, de preparación, de purificación y de experiencia almática.
Una vez que honramos la estructura interna que Dios nos ha dado para establecer en libertad, nuestra conexión con Él-Ella, esta sostrendrá la comunicación con los Ángeles, y se crearán senderos por la cual la energía de nuestro Creador empezará a moverse permitiendo el flujo y la vivificación de un intercambio de información. Estaremos vibrando sutilmente.
Podríamos ver la comunicación con los Ángeles como una emanación en la cual el primer paso es ser capaces de emanar, por voluntad propia, nuestra propia luz contenida en una esfera (porque la esfera es infinita, y en Dios, cada estructura es infinita, no tiene principio ni fin y se mantiene en movimiento eterno).
La comunicación con los Ángeles se da dentro de la majestad, el asombro y la voluntad de Dios. Los ángeles en sí mismos no son a quienes estamos apuntando, sino a la Gloria de Dios que a través de ellos facilita el proceso de nuestro acercamiento a Él mismo.
Es la Gloria de Dios a través de su Ángeles la que nos asiste en el cumplimiento y gozo de nuestro destino e historia almática aquí en el planeta. Por eso es que toda petición debe ir pura, desde el corazón, con un solo propósito: el de estar alineados con el camino que venimos a recorrer al planeta según los designios y acuerdos que hicimos como almas antes de entrar al planeta a través de un cuerpo físico.
Muchas veces nuestras peticiones contradicen el lugar, las acciones, las experiencias y las vivencias que nuestra alma decidió, en libertad, venir a tener aquí y es por eso que sentimos que las respuestas nunca llegan. Sin embargo, las respuestas llegan siempre, pero estamos tan obsesionados con resultados específicos de acuerdo a lo que nosotros imaginamos que es lo mejor para nosotros, que cuando las respuestas llegan, no estamos en capacidad de verlas pues nuestra atención está enfocada en un solo punto lo cual nos impide ver otra cosa más que el punto en el que estamos fijando nuestra atención.
Perdemos de vista que aquello que pedimos deberá cazar, como pieza de rompecabezas, en un contexto mucho más amplio y magnificente del que creemos al momento de hacer nuestra petición. Es por eso que todo aquello que pedimos debe ser considerado como algo que va a tener impacto en toda nuestra vida, en la vida de los seres que nos acompañan y en la vida del planeta, y al ser así, yo sugiero agregar, a toda petición, la frase:
“Pido esto, si es para mi mayor y más alto beneficio y el de quienes me rodean, de acuerdo a Tu voluntad y al bienestar de mi Alma”.
Hoy quiero invitarlo a que considere su comunicación con los Ángeles como una experiencia maravillosa y muy personal, como un viaje espiritual sagrado al cual usted tiene toda libertad de iniciar desde el amor, desde la Gracia de Dios y desde la humildad. Los Ángeles no son Aladinos que cumplen deseos vanos. No, ellos son los Mensajeros Divinos de Dios que están aquí para asistirnos en nuestros deseos más puros, íntegros y verdaderos.
Usted tiene en si mismo la estructura energética para poder conectarse con Dios y sus Ángeles, es profundamente e incondicionalmente amado, y es desde usted, cuando usted elige libremente, que toda comunicación se va a dar a cabo. Es desde usted que se genera el deseo, la chispa del amor y de luz que dará vida a su comunicación con lo divino, es a usted al que le toca dar los pasos para acercarse, abrirse y admitir que verdaderamene desea recorrer ese camino divino.