Las virtudes que transmiten estos maravillosos Ángeles son el ánimo, el aliento y el vigor para actuar desde la certeza de que Dios está con nosotros en nuestro actuar en luz. Ellos nos ayudan a despejar el temor, la duda, y la desconfianza.
Nos prestan sus servicios en tiempos de duda y nos recuerdan que caminamos en el nombre de Dios. Al llamarlos percibirá la fuerza absoluta de la confianza y la fe y sentirá a su guerrero interior de luz, disponerse a comandar cualquier situación en el nombre de la luz, y resolverla de un solo golpe, desde su poder interior en comunión con el poder de nuestro Dios.
Ellos son los mensajeros de la confianza divina y nos muestran nuevos caminos y posibilidades para acrecentar la fe y la certeza en Dios y en nosotros mismos.
Nos ayudan a cesar conceptos reiterativos de temor y duda y a mejorarnos, a avanzar, a renovarnos, a cambiar y crecer plantados en la confianza profunda.