Muchas veces en mi vida, he sentido cómo la vivencia de la energía de Jesús en mí, me ha permitido cambiar algo vital en alguna situación en la que parecía haber poca luz y pocas probabilidades de que se resolviera algo positivamente.
He sentido profundamente como el código sagrado de Jesús vive en mi, y en toda la humanidad, sin embargo, también me doy cuenta que muchas personas ven a Jesús como un personaje histórico y religioso, lejano y quizá, poco accesible.
¿Cómo podemos invitar Su luz, y vivir en ella? ¿Cómo podemos abrirnos a Su presencia Santa en nuestra vida? La energía de Jesús, si bien es sublime, también es poderosa y se hace sentir en toda su magnitud cuando nos abrimos a ella. En el amor de Jesús, en su bondad y en su dulzura, podemos descargar nuestros temores, nuestras dudas y nuestros dolores, y Él en su grandeza nos guiará a transformar nuestras sombras en luz.
Si hoy se siente perdido, cansado, adolorido, si se siente desesperanzado y enfermo, en escasez y en oscuridad, quiero sugerirle que se acerque a Jesús y que permita que su corazón exprese este deseo sagrado de conocerlo, de permitirle actuar en su vida y crear Milagros de sanación, restauración y fe.
Cada mañana, por lo menos durante 21 días, encuentre un momento de silencio y privacidad para acercarse a Jesús a través de esta oración:
Amado Jesús,
Hoy me acerco a Ti, para conocerte, para que me enseñes Tu santa presencia en mi vida.
Yo estoy consciente de Tu Luz y de la Luz de lo Alto.
Yo pido tu Luz, para que a través de todos mis sistemas físicos y espirituales se haga manifiesta y se irradie en mi vida preparando, sanando, purificando, energizando, restaurando, solucionando y bendiciendo todas las áreas de mi vida que hoy se encuentran en sombra.
En tu nombre, así es y hecho está.
Amén.