En realidad, la prosperidad no es un asunto de dinero, sino más bien de actitud y de amor. Cuando nuestra intención es la de activar el amor en todo lo que somos y hacemos, cuando, a pesar de nuestras emociones negativas, terminamos eligiendo ubicarnos en el lado de la luz y de la bondad, cuando entendemos que la escasez ha sido solamente una lección en humildad y en confianza profunda, podemos entonces empezar a redireccionarnos hacia la mente próspera y empezar a operar en la abundancia.
Cada persona tiene su propia historia que vivir y si bien no existen formulas exactas diseñadas para todo tipo de persona y de experiencia, si existe el poder de la intención y la determinación de hacer lo que sea necesario hacer para crear una vida diferente sin el sufrimiento de la escasez y la limitación.
El Arcángel Uriel puede ayudarlo a transitar desde la oscuridad y la angustia que provoca la escasez, hasta la experiencia de la prosperidad y la provisión.
Puede crear un momento sagrado de comunicación y oración con el Arcángel Uriel. Una vez que está listo, puede invitarlo a venir:
“Amado Creador de Todo lo Que Es, pido que envies la presencia de tu Arcángel Uriel para que yo pueda establecer comunicación con él. Quiero y elijo caminar en la confianza profunda, y pido, admito y permito la presencia del Arcángel Uriel en mi vida, aquí y ahora. Enséñame Padre, enséñame. Gracias, gracias, gracias. Así es y hecho está. Amén.
- Cuando siente su presencia al lado suyo, salúdelo con amor y gratitud. Seguidamente, puede explicarle su situación (sin victimizarse, solo contando los hechos) y asegúrese de explicar todos los esfuerzos, acciones y decisiones que ha tomado para solucionarla (cuando pedimos ayuda es importante que ya antes hayamos tomado acción y responsabilidad). Puede expresar que no sabe qué más hacer para mejorar su situación.
- Una vez que ha terminado de contarle su situación puede agregar algo así:
“Arcángel Uriel, gracias por escucharme. Como ves, hora mismo, tengo un problema que es muy difícil para mi de manejar, y necesito tu ayuda. Por favor ven a asistirme. Por favor ayúdame, de acuerdo a la voluntad de Dios y de mi plan divino, para mi mayor y más alto beneficio y el de quienes me rodean. Gracias, gracias, gracias. Amén.”
- Y ahora, quédese en silencio y escuche detenidamente lo que él tiene que decirle. La forma de escuchar, es no a través de su voz, sino a través de pensamientos, ideas nuevas, o repetitivas, o a través de imágenes en su mente. Si hay algo que no entiende, pídale que se lo aclare de forma fácil para que usted pueda entender. Al final de su conversación y su encuentro con el Arcángel Uriel, usted debería saber con exactitud lo que tiene que hacer.
- Una vez que usted siente confianza profunda en lo que tiene que hacer, y siente certeza y seguridad sobre su situación, quédese quieto un rato, con sus ojos cerrados dándole gracias a Dios y al Arcángel por esta ayuda y meditando sobre la solución que acaba de encontrarle a su situación.
- Cuando se sienta listo, abra sus ojos, estírese y levántese.
- Tome acción inmediata sobre la guía que acaba de recibir.