Sentirnos separados, diferentes, y fuera de Dios, nos causa una herida en el alma que nos aleja de la experiencia de co-crear consciente y voluntariamente con Dios nuestra vida. El sabernos Uno con Él-Ella, convierte nuestra vida diaria en un territorio sin miedo, en una aventura llena de opciones, de nuevas posibilidades y de la alegría de saber que estando Dios en nosotros y nosotros en Él, nada es imposible, nada es ajeno a nosotros, nadie puede hacernos daño y que nuestra vida lleva, intrínseca, la posibilidad de ser un viaje extraordinario de expansión y bellleza.
¿Está listo para sentirse Uno con Dios?
Repita su frase sanadora, cuantas veces sienta que necesita decirla, hasta que logre sentir a Dios en usted y sentirse usted en Él-Ella: