Cada vez que emitimos un pensamiento de bondad, de amor hacia la humanidad y todas las especies creadas, de deseo de hacer el bien, de oración, de bendición y generosidad, emitimos una luz brillante y luminosa que asciende hacia los planos superiores en donde habitan los Ángeles. Es decir que nuestra luz es impulsada, a través de nuestros pensamientos de bien, al realmo angélico. Allí es recogida por los ángeles y es usada para crear situaciones de amor alrededor del emisor.
En algunos casos la luz será conservada hasta que exista suficiente para producir la situación que el emisor necesita para crear algo importante para él-ella.
Esto significa, que ¡usted es quien origina la energía que los Ángeles usarán en la creación de un milagro para usted mismo! Por esto es que es necesario que su pensamiento este continuamente sostenido en el bien, en la oración positiva y la buena voluntad: y que sus acciones sean acciones de bien para todo ser viviente y para usted mismo. Estos son factores decisivos para que sus oraciones se manifiesten en el aquí y el ahora.
Cuánta más energía de amor emite, más rápido se manifiesta lo que necesita, momento a momento, para satisfacer sus necesidades y resolver situaciones difíciles.
La ironía es que, cuando nos sentimos abatidos nuestra tendencia es la de alimentar, y emitir, energía negativa, pesimista. Permitimos que se apague nuestra luz. Y, ¡sombra genera más sombra!
Su primer paso para crear espacio para los Milagros en su vida y para que la presencia angélica se manifieste cada vez con mayor fuerza, es que ¡a pesar de todo, a pesar de todo, a pesar de todo! ¡usted encienda su luz!
Sé que no es fácil pero es aquí en donde le toca tomar una decisión: ¿va a continuar conectado a la sombra de su pesimismo, (que hasta ahora no lo ha ayudado a resolver nada) o va cooperar con los Ángeles, con usted mismo y con su vida creando pensamientos de bien y aplicando su voluntad para abrirle brecha a la luz de su espíritu?
Amado Padre,
Amados Ángeles, a pesar de todo, a pesar de todo, a pesar de todo, yo elijo aquí y ahora, solamente motivar y sostener pensamientos de bien, de bondad, de gratitud, de generosidad. Me comprometo a emitir el rayo de luz más luminoso que pueda, para que desde mi propia luz, se originen milagros en mi vida.
A pesar de todo dolor, a pesar de la duda, a pesar de mi cansancio, a pesar de que quizá no confío en todo esto completamente, estoy aquí, dispuesto a abrirme en luz e iluminar con ella a todo el Universo.
Yo soy en la Luz, yo camino en la Luz, y todo lo que hago, pienso y creo es en Luz.
En el nombre de Jesús.
Amén.