Nuestro amado Dios, al inicio de la creación, con el aliento de su Espíritu, creó el reino de los ángeles como su primera creación, la primera manifestación de su espíritu, para acompañar y hacerse cargo de todas sus creaciones, para alabarlo y brindarle alegría a todo el Universo y para acompañar cada elemento que proviene de su espíritu. Debido a que ellos brotaron del gran espíritu de Dios, ellos son energía divina y emanación de amor. Recibieron su brillo original de forma pura, no adulterada. En otras palabras, ellos fueron los primeros en recibir la luz divina, los primeros en sentir el resplandor de Dios y ellos a su vez transmiten iluminación y revelación hacia nosotros.
Ahora bien, es muy importante enfatizar que cuando nosotros nos relacionamos con los Arcángeles y sus Ángeles, nuestra intención no es adorarlos. Toda la gloria es de Dios y solo está en Él y en su voluntad si nosotros podremos tener a nuestra disposición el reino angélico para que nos ayuden, nos guíen, nos sanen y nos inspiren.
La tarea principal de los Arcángeles y de los Ángeles es ser los guardianes de nuestras almas y como guías y supervisores de la humanidad. Ellos son los guardianes y guías de todas las criaturas espirituales y materiales (a pesar de que ellos son seres no materiales, ellos pueden afectar la materia). Su voluntad está perfectamente alineada con la de Dios. Ellos conectan la Tierra con los Cielos y sirven como intermediarios para llevarnos más cerca de Dios. Lo hacen para ayudarnos a reconectarnos con nuestra esencia y nuestra fuerza original para actuar conjuntamente como creadores con Dios. ¡Nos ayudan a poner nuestro espíritu en movimiento!
PRÁCTICA
Los ángeles están y han estado siempre cerca de usted. Pídales una señal de es así. Puede crear un “código de señales” para recibir sus mensajes. Por ejemplo, ¡yo les pido mariposas! Yo uso este símbolo para que me digan si la decisión sobre algo es correcta, si voy en el camino adecuado, o si una idea viene inspirada de ellos. Si veo las mariposas entonces se que es un sí.
Así fue que hice una de mis peticiones: “Amados Ángeles, enséñenme una mariposa durante el transcurso del día (o varias) si lo que estoy pensando hacer con respecto a: ___________ es lo mejor para mí, para el sostenimiento de mi libertad y para la manifestación de mis deseos”. ¡Usted puede elegir o crear su propio código con ellos! Utilice símbolos que le hagan sentido y en el contexto de su propia vida.
Pídales que le demuestren que le acompañan. Ellos no se ofenderán. Sólo explíqueles como quisiera que le enseñaran su presencia. Juegue con ellos y manténgase atento pues siempre y cuando su pedido sea puro y venga de su corazón, ¡ellos le responderán!
¡Gracias por leer!
Yvonne