La causa de la enfermedad varía de persona a persona, de acuerdo a su historia personal y a la historia de su alma.
Lo que si es cierto es que la enfermedad, (del cuerpo, el alma y de las emociones) es una de las causas más poderosas para re-orientarnos hacia el descubrimiento personal y el elevar de nuestra conciencia hacia nuestra propia evolución.
La enfermedad demanda atención inmediata y demanda no ser ignorada; es una llamada de atención para despertar y puede ser utilizada como la forma a través de la cual encontramos el poder de nuestra psique y de nuestro espíritu.
Para sanar es necesario ver hacia dentro de nosotros mismos y entender que somos más que un cuerpo: somos almas dentro de un cuerpo.
Para sanar es necesario que estemos dispuestos y decididos a evaluar todas las partes de nuestra vida, incluidas las heridas emocionales (dadas y recibidas), las emociones no atendidas, la decepción en nuestras relaciones, promesas rotas, ambiciones frustradas, decepción en nosotros mismos y otros patrones que llevan incrustados asuntos no resueltos los cuales forman un estado de luto permanente en nosotros mismos.
Al aceptar la necesidad de hacer este trabajo interior de alto nivel, estamos reconociendo la necesidad de cambiar o transformar las áreas de nuestra vida que no conducen a recuperar la salud y la integridad del ser. Al hacer esto, alteramos nuestra relación con nuestra enfermedad. En vez de considerar la enfermedad como una condición que se ha manifestado espontáneamente en medio de nuestras vidas, somos capaces de ver la enfermedad como un mensajero.
El proceso de sanación se centra entonces en entender y seguir los mensajes particulares que la experiencia de estar enfermo trae en si misma y el reto de tomar las acciones necesarias para seguir los mensajes en formas que son productivas para su salud y la integridad personal.
Inevitablemente, estos mensajes nos llevarán a re-evaluar quienes creemos que somos y la forma en que vivimos y nos invitarán a conocer y entender nuestras verdaderas necesidades y nuestra verdad personal.
Habiendo explicado esto, cuando usted pide ayuda al Arcángel Rafael para sanar, es dentro de una conciencia de humildad, y de saber que lo que usted está pidiendo sanar, son las heridas y las cicatrices que su vida presente y vidas pasadas, han dejado en usted.
Usted está pidiendo por la sanación de todo aquello que lo separa de Dios a nivel físico, emocional, mental y espiritual. Está pidiendo por el regreso del balance y la completud en su vida y porque la gracia y la voluntad de Dios descienda en usted, mientras usted permanece en confianza profunda de que todo está y estará bien; y en donde el por qué, el hasta cuándo, el dónde, el cómo, el con quién, sin quién, cuándo y si no…ya no importan. Sabiendo que es posible el aceptar su enfermedad como amiga y no como enemiga y como parte de su proceso de aprendizaje y evolución personal en el cual, al fin, usted está dispuesto a bajar los brazos y cesar la batalla, en forma cristalina, presente y en “sí” en toda circunstancia.
Oración para Sanar con la Ayuda del Arcángel Rafael
Después de invitar al Arcángel Rafael a reunirse con usted en el espacio que ha asignado para hacer esto y habiendo hecho contacto con él (ver artículo “Cómo Contactar al Arcángel Rafael”, Parte 2). Repita la siguiente oración:
«Amado Arcángel Rafael, en alineación con el Creador de Todo lo Que Es pido tu energía para liberar y sanar todo trauma y herida emocional en mi ser.
Ayúdame a sentirme profundamente conectado espiritualmente a mi Creador, a la vida, a todo lo bueno, a todo lo limpio, a todo lo honesto.
Ayúdame a conocer y experimentar la paz de mente, de corazón, de espíritu, de cuerpo. Ayúdame a sanar todo aquello que interrumpa la aceptación y el amor por mí mismo.
Elimina las causas de conflicto en mis relaciones conmigo mismo y con los demás.
Libera las raíces emocionales del dolor físico y la enfermedad en mi. Apodérame para que yo pueda crear, en comunión con mi Creador, la vida que verdaderamente deseo.
Ayúdame a cambiar los patrones físicos, emocionales y de comportamiento que perpetúan mi dolor, mi enfermedad, y mi sufrimiento.
Que todo aquello que he asumido, interpretado y concluido con base en el temor, la costumbre, la ignorancia, la pequeñez de espíritu, y la limitación que me ha llevado a este dolor, sea ahora liberado, sanado y re-codificado en mi ser en el nombre de Jesús y de acuerdo al entendimiento y a la voluntad de Dios.
Quiero conocer la completud, la totalidad, el balance, la paz, la luz en mi ser y en mi vida. Ayúdame a lograr esto.
Yo haré todo lo que sea necesario en mi vida para vivir en la luz, desde la luz, y por la luz.
Me hago responsable de aprender mis lecciones de vida que necesito aprender para transformar mis circunstancias.
Sea tu energía, tu compañía y tu ayuda en mi. Gracias, gracias, gracias. Así es y hecho está. Amén.»