Hay momentos en que sentimos que la solución de un problema o que la solución óptima no es necesariamente lo que queremos o lo que habríamos elegido si hubiésemos podido. Cuando no encontramos la respuesta a través de nuestras capacidades mentales o incluso, intuitivas, sabemos, en nuestro corazón, que el momento llama a que invoquemos a la voluntad de Dios y a su poder, que necesitamos el soporte divino. El propósito de esta oración es pedir por estar abiertos y dispuestos a que nuestra oración sea respondida de forma que la respuesta sirva y sea para el mayor y más alto beneficio de acuerdo a la definición divina y no a la nuestra. Es darle carta blanca a Dios. Y entregar completamente aquello con lo que no sabemos qué más hacer.
Por ejemplo esta es una oración de petición invocando la voluntad de Dios. Después de leerla, atrévase a crear su propia Oración de Petición sobre algo que lo ha tenido angustiado y sobre lo que ya no sabe qué hacer: