Este tipo de oración es en mi opinión la más poderosa e íntima. Aquí, nos sentamos en silencio a encontrarnos con Dios, mostrándole lo que hay en nuestro corazón, sin palabras de ningún tipo. Esto es lo que yo llamo Una Cita Con Dios, en la cual uno voluntariamente permite la desnudez de alma, corazón y mente ante El-Ella.
Es como estar con un enamorado, viéndose a los ojos por largo tiempo y permitiendo que las emociones salgan a flor de piel.
En esta oración podemos sentir muchas cosas que podrían no tener explicación.
Es una invitación para el Espíritu Santo, un encuentro en la Gracia de Dios. El llegará cuando llegue.
No hay agenda, ni necesidad, ni deseo de cambiar nada. Todo es tal y como es.
Ejercítes en la Oración Silenciosa, lo invito a decir «Sí» a una cita en absoluto silencio, con Dios.