Si su mundo no refleja lo que usted quisiera, quizá es porque se ha olvidado que usted vive desde, en y para la Voluntad del Creador de Todo lo Que Es. Quizá sin darse cuenta, ha divorciado su corazón de Él, y se le ha olvidado que todo viene de Él. Hoy lo invito a recordar y a honrar la certeza de que esta vida no es creada ni dada por nosotros mismos, sino creada y dada por Dios, que la capacidad de sentir, de ser, de pensar, llamar y construir no es algo propio, sino es dado por Dios.
Cuando empezamos a reconocer a Dios en nosotros como la fuente de todo lo que se nos ha entregado, adentro y afuera, empieza la humildad y nuestro corazón se ilumina. Cada vez que nos reconocemos ante Dios como sus criaturas y reconocemos que Él es la fuente de todo y que todas las capacidades que tenemos han sido puestas en nosotros por Él, ¿cómo podríamos entonces decirle que no a Sus regalos, a sus milagros, a su luz en nosotros?
Oración de reconocimiento a Dios:
«Amado Padre-Madre
Porque Tú eres la base
de la visión fecunda de mis sueños
la fuerza que hace todo nacer,
y la plenitud, donde todo es
reunido y hecho pleno nuevamente
Sea en mi tu Luz, y sea en mi tu Esencia Santa.
Gracias, gracias, gracias. Así es y hecho está.»