Sobre Cómo Pedir
La oración, es el acto de comunión profunda y amorosa con Dios. A pesar de que lleguemos a ella en angustia, en dolor, o quebrantados de alguna forma, la oración es y será siempre, el reconocimiento, la alegría y la activación constante de la energía del Creador en nosotros y en todo lo que es.
Partiendo de este principio, podemos organizar un momento sagrado al día para darle lugar y espacio a esta comunión y podemos además, vivir en constante oración, en un diálogo abierto e incansable con el Creador.
Al nutrir la Luz del Creador en usted, verá como poco a poco las oraciones de emergencia irán desapareciendo de su vida ya que al llamar y activar la presencia de Él constante y consistentemente, los dramas, los dolores, y los problemas empiezan a hacerse cada vez más pequeños y manejables.
Declare su deseo de estar con Él, declare que, a pesar de su dolor, de sus problemas, de sus confusiones o de sus cargas, está presente y dispuesto a una relación íntima con Él. Salúdele e invoque su nombre en alegría y humildad. Aquí, puede también pedirle que envíe a sus Ángeles de Luz alrededor de usted y los suyos.
Después de que ha hecho su declaracion, el primer paso para entrar en comunión con Dios, es hacerse presente. Para activar su propio poder, debe llamar a todas las partes de sí que están dispersas, y convocarlas con autoridad y certeza. Llame a su corazón, llame a su mente, a todas las partes de su cuerpo, a su alma, a su Ser Superior y a su Espíritu. Y una vez convocados, empiece a hacer los siguiente:
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Aquiétese, respire profundamente y repita despacio:
– 7 veces: “Me hago consciente de mí”. Respire profundo entre cada declaración.
– 3 veces: “Me hago consciente de mi cuerpo”
– Ahora, dígase a sí mismo: “Inhalo en calma y en paz”. Y al exhalar: “Yo suelto, libero y dejo ir toda la tensión de mi cuerpo físico… estrés, enfermedad, dolor, incomodidad, cansancio, pereza, toda tensión. Relajo mi cuerpo, más y más… me siento bien”.
– 3 veces: “Me hago consciente de mi mente”.
– Repita: “Al inhalar, me inunda la calma y la paz. Al exhalar, yo suelto, me libero, y dejo ir todo pensamiento distractor, perturbador, negativo e inútil.”
– 3 veces: “Me hago consciente de mi corazón que late, que sueña, que ríe, que llora y también de las penas de mi corazón”.
– Repita: “Al inhalar, me inunda la calma y la paz. Al exhalar, yo suelto, me libero, y dejo ir todas las cargas y penas de mi corazón”.
– Respire profundamente.
– Repita: “Me hago consciente de que mi cuerpo es solo un vehículo para transitar este viaje aquí en la Tierra y de que en mi interior, hay un espacio sagrado en donde habita mi alma. Me doy cuenta de que este espacio es como un templo, en el que visualizo que enciendo velas, lo lleno de flores, prendo incienso y encuentro un hermoso lugar para comunicarme con mi Creador y con su Ángeles Mensajeros de la Luz y del Amor”.
Y, quédese así, en silencio por varios minutos, familiarizándose con usted mismo. Mientras más largo tiempo permanece en este estado maravilloso, sentirá cómo la fuerza amorosa del Creador y sus Ángeles está, y siempre ha estado dentro de usted.
En mis siguientes artículos, seguiremos adentrándonos en las Leyes del Cómo Pedir.
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!Gracias!
Yvonne