Sobre Cómo Pedir
¿Sería demasiado escandaloso decir que realmente no necesitamos a Dios? Al menos, no de la manera en que creemos que lo hacemos. Sin duda no necesitamos a Dios para salir de nuestros predicamentos, dolor y sufrimiento. (Después de todo, si por nuestra propia voluntad nos metimos en el lío del que estamos intentando salir, creo que somos perfectamente capaces de aplicar nuestra voluntad para salir de este.)
Lo que sí necesitamos es aprender cómo convertir nuestro deseo de ser salvado por una fuerza más grande que nosotros mismos (nuestra conciencia de la víctima), en la aceptación de que la energía sublime de Dios ya está codificada en nosotros, y que Él ya ha respondido a nuestras oraciones al habernos creado con un alma que lleva su fuego, su sello y por ende, todo lo que necesitamos para salir de nuestros predicamentos por nosotros mismos.
Nuestro Creador, está y ha siempre estado en nosotros. No lo necesitamos como si estuviese afuera, lejos y difícil de encontrar. Él está aquí, y ahora. En usted. En mí. En todo lo que es y será. El reconocimiento de esta verdad, es el primer paso para poder crear espacio para verdadera transformación y evolución en nuestras vidas. El abrirse a esta realización determina la calidad de nuestra comunicación y enlace con la energía divina de Dios. Piense en esto: ¿Se necesita lo que ya es nuestro?
En otras palabras, en lugar de pedir por cosas, resultados y milagros, sería más útil primero, pedir orientación sobre cómo ejercer dominio sobre nosotros mismos, pedir entendimiento y sabiduría sobre cómo funcionan las Leyes Espirituales del Universo y sobre cómo conectar y utilizar la energía magnífica de Dios que ya está incrustada en nuestro ser para crear, para resolver y para vivir magníficamente.
Esto no significa que nosotros no podemos participar en un tipo de oración en la que ponemos al descubierto nuestros más anhelados sueños y deseos. Sin embargo, debe ir de la mano con el conocimiento de que somos los únicos maestros y comandantes de nuestras propias vidas.
En publicaciones posteriores, iré señalando formas específicas de orar y pedir, que al practicar, iniciarán la activación el código sagrado de Dios que está ya enraízado dentro de usted. Descubrirá cómo la oración es una cuestión de despertar la energía del Creador en nosotros, y enchufarla en la vastedad infinita de su amor. Es una cuestión de resonancia y vibración y no, de palabras de ruego, y deseos vacíos.
Mientras tanto, a lo mejor quiera leer esta entrada que escribí hace unos meses y encontrar inspiración allí. Siga el enlace: http://angelesenlacasa.com/?p=36
¡Gracias por leer!
Yvonne