Sobre cómo NO pedir
5. No pedir, si nuestra petición compromete la libertad de otro ser. Que el pedir no sea un intento más de manipular a quienes amamos, ni a las circunstancias y eventos que nos preocupan.
No pida nada para nadie hasta que usted mismo esté ubicado en un lugar puro, libre, sin expectativas. Ejercite mejor, el pedir desde el más puro amor que es aquel que otorga la más absoluta libertad.
Cuando sentimos la punzada aguda de la angustia por alquien que amamos y que vemos sufrir, cuando nuestro corazón se quebranta al atestiguar un acto de desamor y violencia, cuando nuestro ser se estremece y se quema por querer cambiar las circunstancias del otro y salvarlo del dolor y del sufrimiento. Hay que parar y respirar profundo. Y en nuestra petición por ellos, primero entregemos nuestra angustia y aceptemos la impotencia el dolor del saber que sufren. Y entonces, a pesar de la angustia, seremos capaces de acallar nuestro propio temor, y conectarnos con el más puro amor, que es el único lugar desde el cual podemos verdaderamente llevar luz, esperanza y ayuda a los otros.
La oración más efectiva por los demás, se dá cuando nosotros mismos somos capaces de ubicarmos en una zona interior en la que podemos sentir el amor por el otro en el grado más extremo. Es desde esa zona amorosa, que podemos contactarnos con el corazón del otro, y transmitirle nuestro amor a través del mantra sagrado: “te amo, te amo, te amo”.
Pedir por los demás es un asunto de integridad, de respeto hacia el hecho de que los demás tienen y viven una historia almática de la cual no sabemos nada y aceptar que no es nuestro lugar manipularla de ninguna forma.
Pedir por los demás, es un asunto de amor en libertad y de dejar a un lado nuestro de deseo de acomodar el mundo a nuestra conveniencia.
¡Gracias por leer!
Yvonne