Mientras más vuelvo a leer esta entrevista, más evalúo, en mi diario vivir, si mis deseos, mis sueños, mis acciones, mis palabras, vienen de mi Soñador Sagrado, de mi corazón, o si entro en los espacios vacíos del Soñador de Espejismos…
3. ¿Cuál es la diferencia entre el Soñador Sagrado y el Soñador de Espejismos?
La voz del Soñador Sagrado está llena de alegría, de entusiasmo, de luz; hay pasión, pero al mismo tiempo, experimenta desapego en el proceso. Su sueño trasciende más allá de sí mismo –generalmente vive las batallas para alcanzar sus sueños consigo mismo, para saborearlas dentro de sí mismo-. El Soñador Sagrado recoge los frutos y la gloria externa como consecuencia del proceso de la conquista de sus sueños; comparte; su intención es impecable, en luz –sin robarle a nadie, sin abusar de nadie, sin engañar a nadie.
Sabe observar, sabe esperar, sabe dar, sabe recibir… acciona sin perder su objetivo…
Durante todo el camino, se mantiene consciente de la voz de su interior. Sabe que humanamente tiene límites y por eso reconoce el poder divino y aprende a conectarse con él, para poder conectarse con el verdadero poder que le permita llegar hasta la meta.
Al Soñador Sagrado lo mueve el amor…
En contraste, la voz del Soñador de Espejismos procede del ego, su intención es llenar carencias internas para poder tenerlo todo, poseerlo todo, saberlo todo, controlarlo todo. Sus sueños son pasajeros, sin peso, incluso sin corazón o sin alma; pueden ser volátiles; se disuelven fácilmente entre la nada.
El Soñador de Espejismos generalmente se mueve por temor y es impaciente, desea la gratificación inmediata, superficial; puede ser egoísta, vanidoso, impulsivo.
No reconoce el poder divino ni la necesidad de pedir su ayuda para avanzar hacia sus sueños.