Hasta estas alturas de mi vida, es que empiezo a discernir cuáles de mis sueños son prestados o ajenos y cuáles son los que son míos, míos. Y en realidad, no es tan difícil distinguirlos: Los prestados se sienten tibios, y tienen un sabor lejano a obligación. Los sueños propios, los que vienen de mi esencia, me queman, al sólo pensarlos, el entusiasmo amenaza con tumbarme…Y, sí, me aterrorizan…son tan magníficos, son tan apasionados, son tan…tan…míos, que me hacen sentir vulnerable y expuesta.
Conectada conmigo misma y acompañada de los ángeles que me ayudan, me inspiran y me guían, voy dando los pasos para recibirlos, para darles espacio y para nutrirlos. Y es maravilloso, vuelvo a la vida, y camino, segura y decidida, entre el pánico que me da tener en mi, la posibilidad de cumplirlos y la guerrera en mí que no se conformará con menos…
¿Y usted? ¿Sabe cuáles son sus sueños, aquellos propios de su corazón o si son prestados, adoptados, robados, ajenos?
Continuemos entonces, con esta entrevista que a ratos estremece:
4. ¿Cómo podemos descubrir si nuestros Sueños son verdaderamente Sagrados en vez de ser Sueños pasajeros, prestados, o ajenos?
Escuchando realmente la voz del corazón, haciéndonos preguntas importantes: reconociendo que los sueños de otros no son forzosamente los nuestros; revisando si estamos dando nuestra vida a lo que realmente soñamos o a lo que otros han soñado.
Reconociendo el sentido existencial que nos mueve y hacia dónde nos mueve.
¿Aportan nuestros sueños bienestar para nuestra vida y para la de otros? Si la respuesta es positiva, podemos ver nuestros sueños como semillas de luz y esto los eleva como Sueños Sagrados, pues trascenderán y aportarán algo a nuestra familia, a nuestra comunidad, a nuestro planeta, al Universo…
5. ¿Si nos hemos olvidado de los Sueños Sagrados de nuestro corazón, cómo podemos recuperarlos, recordarlos?
Haciéndonos preguntas y dando tiempo real para escuchar nuestra voz interior.
Abriéndonos a nuevas experiencias que realmente nos hagan percibir con frescura quiénes somos en el momento presente.
Bailando, pintando, escribiendo, cantando… creando, manifestando… hasta que empiece a fluir desde muy adentro lo que quiere hablar, la voz que se quiere comunicar con nosotros…
Pero sobretodo… PARANDO DE JUZGARNOS, parar de compararnos con otros o con el modelo ideal que hemos creado sobre lo que debería ser nuestra vida.
Hay que prestar atención a aquello que nos mueve, nos conmueve, nos llama o atrae… puede ser una película, un libro, una persona, una conversación, una música, un cuadro, una historia. Es en ese “algo” que nos provoca “algo” adentro: una emoción que hace al cuerpo vibrar, llorar, reír, desear… en donde está la pista, la huella de los sueños sagrados y es vital estar dispuestos a movernos hacia aquello que nos provoca “mariposas en el estómago” aquello que es importante para que el corazón viva alegre y liviano, aquello que ya es imposible de ignorar. Allí está el hilo sagrado para empezar a conocer los Sueños Sagrados del Corazón. Muchas veces, sabemos exactamente cuáles son nuestros sueños, pero simplemente los negamos por temor y si están negados, son como semillas sin germinar… que no alimentan ni son alimentados…