La deshonestidad, hiere nuestro ser pues su fruto es el dolor, la tristeza, la desilusión y el temor. Cuando nos damos cuenta de que alguien nos ha mentido, nos sentimos traicionados, usados, denigrados, humillados, decepcionados y muy, muy tristes.
Es muy importante sanar todas estas emociones, pues ultimadamente crean una sombra de impureza en nuestro cuerpo de luz, en nuestro cuerpo energético, y en todo nuestro ser, la cual nos separa de todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, y además, no nos permite ser Libres.
A través de la siguiente oración, hoy usted puede sanar la herida dejada en usted por todas las veces y formas en que sufrió a causa de la deshonestidad de otros.
Busque un momento de silencio y de solitud. Conéctese con las emociones que ha sentido cuando alguien ha sido deshonesto con usted. Permítase recordar y sentir todas estas emociones y una en su corazón y la otra en su frente, diga la siguiente oración:
Amado Creador de Todo lo Que Es yo pido que limpies en mi, de acuerdo a tu entendimiento y definición y para mi mayor y más alto beneficio, las consecuencias tristes, y las heridas que me ocasionó todas las veces y todas las formas en que otros me mintieron y fueron deshonestos conmigo.
Enséñame lo que se siente vivir mi vida, cada día experimentando la honestidad y la verdad de los demás.
Enséñame lo que se siente vivir mi vida, cada día, sin deshonestidad, sin mentira, sin pretensión, sin falsedad y sin fabricaciones de los demás.
Enséñame que es posible y seguro para mí vivir, cada día conociendo y experimentando mis relaciones interpersonales, comerciales, laborales, familiares, romántica y de amistades, en todo momento, y en todas sus formas, desde la verdad, la honestidad, la pureza, y la transparencia.
Limpia de mi toda huella, marca o código erróneo dejada en mi a través de la experiencia de la mentira desde los otros hacia mi. Y sustituye todo esto por Amor Incondicional.
Gracias, gracias, gracias.
Así es y hecho está.
Amén.
Y ahora, quédese un momento, viendo desde su mente, cómo una luz amorosa desciende sobre usted sanándolo, limpiándolo, restaurándolo; y dándole todas las enseñanzas que pidió. Abra sus ojos hasta que sienta que la luz se ha aquietado.