“Mi intención hoy: es que solo uso palabras que me ayudan a crear lo que deseo crear.”
Cada vez que creamos una Intención, es importante hacer un chequeo en todo nuestro ser, para ver si nuestra intención está integrada en Luz, en todos los aspectos de quienes somos y averiguar qué tan verdadera y profunda es.
Para esto, podemos responder a las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es la intención de mi mente al crear esta intención?
- ¿Cuál es la intención de mi cuerpo al crear esta intención?
- ¿Cuál es la intención de mi mente al crear esta intención?
- ¿Cuál es la intención de mi alma al crear esta intención?
- ¿Cuál es la intención de mi corazón al crear esta intención?
Al crear cualquier intención, por ejemplo: “Es mi intención experimentar y vivir en libertad económica expandida; prosperar y prosperar a otros.”
Después de haber creado su intención, cierre sus ojos, y visualice un estanque. Sostenga en su mente su intención y vea el agua del estanque. Vea si el agua es cristalina, o si está verdosa, o lodosa, o si tiene partes más limpias que otras, si es profundo su estanque o no. Obsérvelo. Permita que esta visión se revele en su mente.
Si su estanque tiene agua que no está completamente cristalina hágase las preguntas que están arriba con respecto a su intención:
- ¿Cuál es la intención de mi mente al crear esta intención de experimentar y vivir en mayor libertad económica?
- ¿Cuál es la intención de mi cuerpo al crear esta intención de experimentar y vivir en mayor libertad económica?
- ¿Cuál es la intención de mi mente al crear esta intención de experimentar y vivir en mayor libertad económica?
- ¿Cuál es la intención de mi alma al crear esta intención de experimentar y vivir en mayor libertad económica?
- ¿Cuál es la intención de mi corazón al crear esta intención de experimentar y vivir en mayor libertad económica?
Permita que las respuestas a sus preguntas vengan solas, sin esfuerzo y apúntelas. Al tenerlas completas, léalas y sintonícese con su Luz y la Luz de Dios. Vea qué partes de usted están en el ego con respecto a su intención, y cuáles están en el alma.
Si descubre que algún aspecto está en el ego y no el la Luz, pida:
“Amado Creador de Todo lo Que Es, envíame tu Luz para que mi intención sea pura, para mi libertad y asentada en la luz, para la luz y desde la luz. Gracias, gracias, gracias.”
Vuelva a hacerse las preguntas otra vez, hasta que esté seguro de que su intención, desde todas las partes de su ser, están en conexión e integradas con Dios, con la Luz, con la bondad, con la libertad, con su alma.
Ahora, diga de nuevo en voz alta su intención, en el caso de nuestro ejemplo: “Es mi intención experimentar y vivir en mayor libertad económica; prosperar y prosperar a otros.”
Vuelva a ver su estanque. ¿Está cristalino? De ser así, puede estar seguro de que su intención está integrada en Luz, en todo su ser. Si el agua aún no está cristalina, vuelva a repetir todo el ejercicio, sin impaciencia, y contemple, cuáles son sus temores, o las creencias que pueden limitar esta intención para que sea pura y completamente de Luz.
Cuando logra visualizar su estanque cristalino, ha llegado a la claridad de la luz en su intención.