El silencio nos trae el regalo de la Guía Divina y por lo tanto la respuesta a nuestras oraciones.
Nuestras oraciones deben ir acompañadas del silencio definitivo que lleva la Intención Santa de comulgar con nuestro Creador y abrir nuestro Ser a su Gracia y su Guía Divina.
El silencio nos permite movernos hacia un lugar auténticamente diferente en donde sabremos lo que se siente que Dios responda.
El silencio nos permite hacer a un lado todos los pensamientos al azar para que podamos sintonizarnos y armonizarnos cada vez más con lo Divino. El silencio nos permite escuchar lo que lo Divino nos dice dentro de nosotros mismos.
Si siente que el silencio le da temor, sea curioso y proactivo en su sanación e indague por qué el silencio le da miedo, es porque ¿no tolera sentarse consigo mismo?, es porque ¿cree que si escucha la Guia Divina va a ser forzado a hacer algo que no quiere?, es porque ¿lo confronta con su verdad y le duele la honestidad?, es porque ¿no tolera sentirse bien en la compañía de Dios?, es porque ¿le tiene miedo a Dios?, es porque ¿en el silencio se siente vacío? Es, ¿por qué?… Solo usted sabe la respuesta. Sea valiente y camine a pesar de sus temores, sane sus temores, haga lo que sea que tiene que hacer para poder darse la oportunidad de estar a solas con Dios en una cita amorosa e íntima con su voz.