Hoy paro un momento para vaciarme de mi, de mis necesidades, mis expectativas, mis propios sufrimientos y preocupaciones, y ofrecer mi ser en oración para orar en nombre de todos aquellos que no pueden orar por si mismos. Entrego este regalo maravilloso sabiendo, y sin importarme, que el otro quizá nunca sepa que se lo di. Hoy pido en nombre de toda persona ausente que puede estar muy enferma, o incapacitada para extender su mano al Espíritu Santo por si misma.
Amado Creador, estoy aquí, vacía de mi, pidiendo Tu misericordia, Tu amor incondicional y Tu gracia para todas aquellas personas en el planeta Tierra que están muy enfermas, débiles, o incapacitadas de cualquier forma: física, emocional o mental, que no pueden extender su mano al Espíritu Santo.
Sea en ellas Tu Luz, Tu Presencia Santa.
Descarga en ellas, Tu amor incondicional y todo aquello que sea Tu voluntad, para su mayor y más alto beneficio y el de quienes les rodean.
Pido esto en nombre de ellas, con gran amor y en asombro de Tu grandeza. Gracias Padre, gracias, gracias, gracias. Sea en este Planeta Tu Luz. En el nombre de Jesús. Amén.