Cuando solamente damos y no recibimos, empezamos a tener ciertos síntomas que nos indican que es hora de abrirnos a la reciprocidad:
Estos son los síntomas.
- Emocionalmente se siente no-apreciado.
- Físicamente se siente exhausto.
- Mentalmente se siente resentido.
- Espiritualmente se siente agotado.
¿Sufre usted de alguno de estos síntomas? ¿Es usted un dador, pero no un recibidor?