Paso #1: El primer paso es reconocer si estamos abiertos o cerrados a dar o a recibir. Identificar en qué partes de nuestra vida estamos acorazados o si estamos dentro de una coraza que abarca todos los aspectos de nuestras vida.
Paso #2: El segundo paso es identificar, con base en las causas que acabo de exponer en mis artículos anteriores, cuál es la raíz de su estar cerrado a dar o a recibir o a ambos: ¿está cerrado porque siente que no es suficiente? ¿siente que no es digno? ¿siente que debe protegerse a toda costa de sufrir de nuevo? ¿Siente que la raíz de su dificultad para abrirse es que sostiene una mentalidad de escases? ¿Siente que siente gran temor de perder control? O, quizá ¿siente vergüenza de si mismo y se siente avergonzado de recibir? ¿es orgulloso y ha decidido que no necesita de nadie? Véase claramente, usted sabe cuál o cuáles son sus debilidades para abrirse a dar y a recibir! Una vez que lo ha identificado con total honestidad, entonces está listo para entrar en oración e ir profundo en su petición al Creador: