Como decía en el artículo anterior, los Milagros no necesariamente ocurren cada vez que suplicamos a Dios ayuda, pero parecen suscitarse naturalmente cuando entramos en un estado de ánimo de paz, amoroso y cuando seguimos la guía de nuestro interior, esa pequeña voz que nos habla calladito, pero insistentemente. Los Milagros suceden, cuando dejamos de tratar de controlar las situaciones en nuestra vida, y cuando entregamos ese control a una fuerza mayor a nosotros.
Hoy vamos a ver los dos primeros pasos para empezar a entrar en este estado, y en subsiguientes artículos, hablaremos de más pasos.
Paso #1: Es hacerse consiente y presente en su ser, llame a todas las partes de su ser, y deténgase, haga silencio, y observe los Milagros que ya está viviendo, y o que ha vivido en su vida, desde el más pequeño hasta el más grande. Si usted no se entrena en observar los Milagros, si no se hace testigo de ellos entonces es como si nunca hubiesen existido. Y para todos aquellos que están pensando que no saben lo que es un milagro, que nunca han experimentado ninguno, les invito a abrir sus ojos, y a observer este día que empieza y a localizar los Milagros que hay a su alrededor y dentro de usted.
Cuando empiece a observar su vida se dará cuenta de que hay un sinfín de Milagros en ella. Mientras más observe los Milagros: aquello que no tiene explicación, aquello que habla de perfección en un momento imperfecto, aquello que le habla de amor en los momentos en los que más los necesita y menos lo esperaba, mientras más los aprenda a identificar, más logrará sintonizarse con ellos y crecerán, se harán más grandes y obvios. Mientras más los invita más bienvenidos son y más se hacen presentes.
Paso #2 (y el más vital de todos), es el reconectarse conscientemente y por su propia voluntad El Creador De Todo lo Que Es.
Así como las lámparas para encenderse necesitan conectarse a un enchufe eléctrico, así usted necesita conectarse con la fuerza de Dios para alimentar el poder de los Milagros.
La electricidad está siempre allí. Está siempre presente, lista y dispuesta para cubrir sus necesidades de poder eléctrico que usted necesite, y todo lo que necesita hacer es ¡conectarse! La fuerza de Dios funciona exactamente igual. Esta fuerza está siempre en todas partes y en todo, pero usted necesita saber cómo funciona y luego tomar los pasos necesarios para hacer la conexión.
Entonces, el paso más vital es el deliberadamente conectarse con la Luz invocar para el espiritu de Padre y abrir su Corazón a Él , declararle a Él su amor y admitir nuestro amor desde el corazón.
Y esto puede hacerlo en diferentes maneras. En subsiguientes artículos estaré enseñándole aún más sobrecomo puede hacer esto, pero por el momento, usted puede dejar que su intuición le guíe a la mejor forma de acercarse a El Creador. Puede hacerlo a través de la oración, de la meditación y en obra, siendo bondadoso, amable, generoso, dando su luz a otros, siendo caritativo, y dándo a los demás lo que usted quisiera que le dieran a usted. Creando ayuda y Milagros para los demás.
De cualquier forma si visita mi página web, www.tocandocielo.com encontrará un documento gratis, sobre la co-creación de Milagros, que contiene información y meditaciones muy poderosas para que ayudarle a reconectarse dulcemente con El Creador y su Amor.
Cuando en forma libre y desde nuestro corazón, nos hacemos conscientes de nuestra luz, y de la Luz del Creador, las fuerzas de Dios, sus mensajeros los ángeles y todo el universo empieza a ayudarle en su deseo de acercarse a Dios. Los caminos empiezan a abrirse, las dudas a reducirse el temor a difuminarse y la calidad de su vida a mejorar en formas claras y concretas.
Usted está en la libertad de elegir, si desea vivir su vida como hasta ahora o si desea tomar acción y empezar uno de los viajes más fascinantes y emocionantes que es el vivir su vida en forma milagrosa. Queda invitado.
Para Reflexionar:
– Los Milagros incluyen manifestaciones instantáneas, maravillosas coincidencias y sanaciones imposibles.
– Los Milagros son Dios en acción.
– Los Milagros son Fé tangible.