Para quienes están en desconfianza, para quienes están sedientos de fe, para quienes duelen en el temor que causa la desconfianza, aquí está una carta que viene desde el cielo, espero que los inspire y los ayude a entender cómo vivir en confianza profunda:
“Hay una confianza general, que es el confiar en la vida, en que las estrellas no se van a caer, en que el Universo camina…confianza en la creación y en su funcionamiento, esta confianza el ser la siente, la sabe, la percibe.
También, está la confianza profunda, que es la que emerge en un estado en donde no hay temor; y entonces se manifiesta en ese espacio vacío de temor, pues solo en ese estado vacío de temor, se manifiesta la fuerza sagrada del Creador.
Es la confianza profunda la que canta a la vida porque es la confianza profunda del Creador mismo manifestada en nosotros sus criaturas, donde ya somos partícipes de la creación misma, porque en la libertad, en la paz, en la quietud, en el respeto, y en el amor, emerge la confianza profunda como una fuerza incontenible pues es la fuerza del Creador mismo.
Esta confianza es una condición del ser, un estado del ser y significa evolución. Llegar a este punto permite realmente llegar a comulgar con el espíritu creador en la experiencia sagrada, en el silencio, en el transitar del camino. En la confianza profunda, ya no importa qué, cuándo, con quién, sin quién, hasta cuándo y si no…solamente se está en presencia, sin sombras, en forma cristalina, presente y en “sí” en toda circunstancia.
A todo ser le es dado esta posibilidad de experimentar la confianza profunda, este es realmente el camino de la evolución sagrada, y a los seres humanos les es dada la semilla, más es trabajo propio y personal cultivarla.
Entonces, ¿cómo se alcanza? Vaciando, entregando, confiando, abriéndose una y otra vez al confiar, eligiendo la confianza antes que la duda y el temor. Para llegar a desarrollar la confianza profunda se ha cesado adentro de si mismo todo pleito, toda contienda, y lucha interior pues mientras hay lucha hay desconfianza. Cuando tememos, cuando dudamos, cuando peleamos, dentro y fuera de nosotros mismos, nuestro interior no encuentra paz, quietud, espacio, nuestro ser se encuentra en un estado perturbado, saturado, alterado, el cual no permite la confianza profunda.
Las personas creen que llenarse de confianza, es llenar, pero no es así, más bien es estar en un estado de confianza de brazos abiertos, dispuesto a recibir, teniendo espacio vacío para crear, fluir amar, ser, hacer, compartir…Gran parte del dolor humano está habitado en la desconfianza profunda: quién está en el temor está en el dolor, y al volver a la confianza profunda sana el dolor.
A veces, da tanto miedo tener espacios vacíos que se prefieren llenar con lo que sea: con ruido, con patrones de control o poder, con sentimientos y pensamientos repetidos que destruyen, pero todo esto no construye, sino más bien impide tener el suficiente espacio vacío para encontrar la paz y armonía interna necesaria para convocar el verdadero poder: el poder interior, y conquistar así los grandes sueños que siembran luz.
Así es que, se pierde energía queriendo controlar todo, olvidando que el único que tiene control de todo es aquel que nos creó y que ese poder lo usa para que todo funcione y se desarrolle en el Universo…por lo demás, cada ser humano, tiene en su mano lo que en la conciencia de su libertad interior elige, y de ello organiza y toma responsabilidad desde esa conciencia de elección.
No importa en qué punto se encuentre la vida personal cada día, siempre es posible elegir y retomar la responsabilidad de cada paso que se da, tomar la responsabilidad por cuidar de la vida y bienestar personal, por respetar la vida de los otros, por compartir la vida, no para llevar todo esto como una carga sino tomar responsabilidad en el dar pasos para la evolución que en sumatoria contribuyen a la evolución del género humano, del planeta y de la creación…porque solo encontrando vuestros sueños y tomando responsabilidad por sembrar y construir en luz en ellos podrán heredar un mundo de mayor oportunidad para sus descendientes.
De las primeras funciones superiores que tomó el ser humano para avanzar en su proceso evolutivo, fue el hacerse responsable. La responsabilidad es un legítimo paso hacia la libertad –que además es un estado de acción además de decisión-.
La confianza profunda y la responsabilidad van de la mano, pues desde el confiar profundo se contacta la fuerza interna real, y esta fuerza real es la que permite decidir y comprometerse en responsabilidad en el amor, en el comulgar con el Creador cantando a la vida mientras se vive en ella.
El confiar profundamente permite el espacio para fluir en el amor y el amor permite la responsabilidad profunda y de allí devienen los frutos de luz que darán sus sueños.”