A pesar de todo, elijo habitar en un Universo de Amor.
Puedo encontrar muchas razones para molestarme hoy, para enojarme, para juzgar y para culpar a los demás o a mi misma. Puedo habitar ese universo incómodo y doloroso, o, puedo elegir algo diferente.
Puedo elegir, otro mundo, un mundo más verdadero en donde solo la paz y la armonía existan. En este universo, nadie es juzgado o atacado, sino el amor es la presencia luminosa que lo sana todo.
No necesito habitar un universo de oscuridad; puedo elegir habitar un universo de amor.
Elijo vivir en un estado continuo de Gracia infinita.
Amado Padre,
Sea tu luz conmigo mientras elijo que mi mente no dirija su atención hacia un terreno oscuro, sino que pueda yo enfocar todos mis pensamientos, mis palabras y mis acciones en un campo amoroso de luz. Elijo no juzgar a nadie, no atacar a nadie, y elijo siempre el camino del amor.
Amén.