El perdón no puede ser forzado. Tiene que nacer desde el fondo de nuestro corazón y estar sembrado en un deseo profundo de otorgarlo.
Sin embargo el aferrarnos a la amargura, al resentimiento, y al rencor, contenidos en el no-perdón, solamente perpetúa nuestro dolor e interrumpe, de forma definitiva, nuestro bienestar, y nuestras posibilidades de abundancia, de prosperidad y de alegría.
Entonces, ¿Qué hacer cuando queremos perdonar pero sentimos que nos faltan las fuerzas y que no podemos?
A continuación le ofrezco una oración liberadora para perdonar, cuando perdonar se le hace imposible:
“Amado Padre, Creador de Todo lo que Es, humanamente no puedo perdonar a (este hombre/esta mujer/éstas personas), pero Tú si puedes. Perdónalo/Perdónala/Perdónalos Tú a través de mí. Amén.”
Sentirá cómo la energía de Dios recorre su Ser y un sentimiento de Paz lo llenará. Así sea y hecho está. Quede en Luz.
Esta es una publicación del blog de Yvonne: www.angelesenlacasa.com