La enfermedad viene de todas las veces y todas las formas en que, en la historia de su vida, se ha desviado de Dios y ha perdido la conexión con Él.
Vea hacia atrás, medite y verifique cuándo fue la última vez que escuchó a la voz de su corazón, (que es la voz de Dios, de sus Ángeles y la de su Ser Superior reunidas en una sola voz). Cuando lo sepa, sabrá cuándo fue la última vez que se abrió a Dios y que supo lo que era la Luz.
En la medida en que más escuchamos, respetamos y honramos la voz interna que nos guía hacia donde sabe que necesitamos ir (a pesar de que a veces nos asuste o intimide), entonces más limpio estará el canal de su conexión con Dios. Cuando esta comunión Sagrada ocurre entre Él y usted, las enfermedades del alma, del corazón, de la mente y del cuerpo, no pueden más que desaparecer.
Lo invito a hacerse las siguientes preguntas en sus momentos de silencio, y a esperar la respuesta de Dios que llegará en su momento, cuando usted esté dispuesto a escucharla:
– ¿Qué energía, espacio y consciencia necesita mi cuerpo y yo, para permitir la total comunión de mí?
– ¿Qué energía, espacio y consciencia necesita mi cuerpo y yo, para permitir la total comunión con Dios?
– ¿Qué energía, espacio y consciencia necesita mi cuerpo y yo, para permitir la total sanación de mí?
Esta es una publicación del blog de Yvonne: www.angelesenlacasa.com