Hoy le propongo hacerse devoto de su propia vida. Hacerse devoto significa relacionarse con fervor, con pasión y dedicación a su vida. Es tomarse el tiempo cada mañana de dar gracias por ella, es detenerse diariamente en su templo interior y crear intencionalmente espacio para el amor, para la paz, para comulgar con su Luz interna. Es poner la fuerza de su espíritu y de su voluntad para ir a encontrarse con Dios y decirle: