Este nuevo año, es necesario tomar un riesgo. Es necesario dejar de querer vivir en la burbuja de sentirnos seguros cortando así toda posibilidad para crear algo nuevo, algo mejor, algo más para nosotros mismos. Encontrar nuestro Trabajo Divino, es una oportunidad para arriesgar lo que conocemos y dar espacio para que la voz de nuestra alma nos guíe a una vida auténtica en donde podamos expresar de lleno nuestras habilidades y nuestros talentos. Debemos aprender a confiar en nuestra intuición, y escuchar a los anhelos de nuestra alma, debemos encontrar el trabajo divino que venimos a hacer en esta Tierra y seguir los deseos sagrados de nuestros corazones.
Lo reto a no conformarse, a no acomodarse, a no resignarse, a no rendirse. Nosotros tejemos las hebras de nuestro destino en el Universo, multiple y amoroso, de nuestro Creador. Tomamos lo que es, lo que ha sido, y lo que será y lo tejemos en hebras de anhelo, convicción, voluntad, e intención. Debemos correr riesgos creados por nosotros mismos, en vez de vagar desorientados en nuestra propia vida. Cuando reconocemos completamente que somos los creadores de este mundo, de nuestro mundo, tomamos nuestras vidas en nuestras manos y es entonces que, al fin, tenemos la posibilidad real de salir fuera de las restricciones actuales de nuestras vidas y entretejernos a nosotros mismos en el Universo de los Milagros, en la grandeza de espíritu, en la mejor versión que podemos ser de nostros mismos.
Es más doloroso quedarnos pequeños en el conformismo que romper nuestras limitaciones y atrevernos a ser quien de verdad somos: hijos de Dios, creados en su Gracia y por su Gracia capaces de ser grandes, creativos, iluminados y poderosos.
Enséñame Padre, enséñame cómo caminar en mi Propósito Divino, cómo entretejerme en el Universo de tu gracia y tu bondad, cómo crear contigo mi vida y alinearla con la luz de tu voluntad. Enséñame cómo se siente ejercer mi poder de crear una vida que merece ser vivida y adentrarme en la realidad de toda posibilidad de luz.
Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias.
En el nombre de Jesús.
Amén.