Mi corazón es mi amigo y es seguro para mi sentirlo y dejarle ser. En el habita mi espíritu, lejos de mis actitudes arrogantes y mis aires de grandeza. En mi corazón vive mi ser que es humilde y que sabe de amor. Mi corazón habla el lenguaje sagrado de Dios y permite que Él-Ella exprese su gracia y su poder en mi. Mi corazón es la parte más hermosa y amorosa de mi. Hoy descanso en la suavidad y dulzura de mi corazón. Me permito esta experiencia bondadosa y sagrada.