A veces nos enfermamos (del alma, del cuerpo, de la mente) porque llevamos el peso del rencor sobre incidentes y episodios vividos con otra persona que nos hirió y/o que herimos. Si tan solo estuviéramos en la disposición honesta y clara de querer dejar atrás el incidente, perdonar y seguir con nuestra vida, mucho de nuestros malestares se eliminarían. Si ese es el caso para usted y está listo para avanzar sin el peso del rencor, a continuación le ofrezco una oración de perdón: (puede hacer esta oración aunque la persona en cuestión haya muerto ya).
“Yo te perdono, plena y libremente. Te suelto, te libero y te dejo ir en todo lo que me concierne. Ese incidente entre nosotros pasó para siempre. No te quiero herir. No te deseo daño. Soy libre y eres libre y todo está bien nuevamente entre nosotros. Así es y hecho está.»
Esta es una publicación del blog de Yvonne: www.angelesenlacasa.com