Hace unos días, buscando un libro, se cayó a mis pies una hojita que tenía entre las páginas de dicho libro. Resultó ser la famosa oración de San Francisco de Asís. Es tan famosa que ya no le ponemos mucha atención. Sus palabras son maravillosas, sanadoras e inspiradoras. Lo invito a leerla con gran cuidado y atención. Yo creo que dentro de ella van codificadas muchas Leyes Universales que si las respetamos, nuestra vida fluirá con alegría, con prosperidad y con bondad.
¡Que la disfrute y que ilumine su Vida!
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro,
haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.