La ostentación se define como el deseo o necesidad de hacer algo para ser notado y llamar la atención por nuestras habilidades o posesiones.
La ostentación se manifiesta como un gran esfuerzo de mostrar algo que en realidad no somos. Es un ego inflado, que al estar fuera de la Mirada de los demás, se desinfla y se convierte en pereza y falta de acción creativa.
A través de la ostentación, nos comportamos de una forma frente a los demás, pero cuando estamos a solas estos comportamientos cambian o disminuyen.
En la ostentación hay un sentido de inferioridad pues necesitamos demostrar poder, prestigio y estatus a través de nuestras acciones o posesiones, pues sentimos que necesitamos todos estos “adornos”, pues nosotros, simplemente siendo quien somos, no somos suficiente y no “damos la talla”.
El remedio para sanar la ostentación en nuestro corazón, es remover cuatro cosas:
- El amor por los elogios
- El miedo a la culpa
- El deseo de beneficiarse de otros
- El miedo a ser lastimado
La purificación de la ostentación en el corazón viene además, de la realización de que lo que anhelamos sentir a través de la ostentación, es algo que solamente vamos a poder experimentar en nuestra unión con Dios. Es Él-Ella quien nos da el verdadero poder de crear, de ser, de manifestar, pero desde la autenticidad de quien somos, desde el amor y desde la luz.
Amado Creador de Todo lo Que Es,
Enséñame lo que se siente, sentir que soy suficiente y que puedo vivir mi vida sin inflarla con ostentación.
Enséñame cómo crear y clebrar tesoros en mi mismo, por mi mismo y para mi mismo.
Enséñame lo que se siente vivir mi vida sin necesidad de la ostentación y sin la necesidad de aparentar ser más o menos de quien soy.
Eséñame lo que se siente vivir mi vida, auténticamente, con los ojos y el corazón puestos en ti y en mis propias habilidades de crear cualquier cosa en ti, por ti y desde ti.
Enséñame que soy suficiente y que mis posesiones no me definen.
Gracias, gracias, gracias.
Así es y hecho está.
En el nombre de Jesús.
Amén.