El no ser consciente de sus bendiciones significa tener una falta de entendimiento y reconocimiento de que toda bendición que viene a usted, día y noche, son tantas, que es imposible numerarlas.
Estas bendiciones vienen de nuestro amado Padre-Madre, y vienen a usted de diferentes formas: las que puede ver (tales como bienes materiales, comida, vestimenta, techo, riqueza, etc.), así como las que no puede ver (tales como seguridad, amistad, amor, salud, alegrías, etc.).
Muchísimas veces, pasamos por alto, o hacemos caso omiso de las bendiciones que son derramadas sobre nosotros, y nos enfocamos solamente en lo que sentimos que nos hace falta.
(Solamente uno de nuestros ojos está lleno de incontables bendiciones y es por ellas que funciona, y lo mismo sucede con el resto de nuestros órganos y sistemas en nuestro cuerpo).
Usualmente, consideramos una bendición como algo que viene a satisfacer nuestras necesidades inmediatas, y como algo muy gratificante. Sin embargo, tendemos a ignorar y no logramos ver lo que yo llamo “bendiciones encubiertas”.
Las bendiciones encubiertas, son aquellas que vienen a nosotros en formas menos obvias y a veces aparentan incluso, parecer maldiciones. Este tipo de bendición nos obliga a detenernos a ver de cerca nuestra vida, y la forma en que estamos eligiendo vivirla. Esta revisión personal nos impulsa a crear nuevas formas de relacionarnos con nosotros mismos, con las demás personas y a cambiar nuestro rumbo en forma drástica.
Como sea que vengan sus bendiciones, lo importante es que sepa reconocerlas, recibirlas, agradecerlas y usarlas para apreciar cada día más su vida y las oportunidades, los Milagros, y las señales que lo re-orientan e impulsan hacia la dirección correcta.
La cura para sanar el no ser consciente de sus bendiciones es que cada día se detenga un momento, para hacerse conciente de ellas, y haga un conteo de bendiciones distintas cada día, y por ellas, dé gracias (amorosa y alegremente) y pregunte: “¿Cómo puedo crear más de esto?” (Así las bendiciones empezarán a acelerarse y a crearse a mayor velocidad en su vida).
Por otra parte, si en su conteo de bendiciones, descubre bendiciones encubiertas, igualmente dé gracias por ellas (a pesar de que no las logre entender en su totalidad )y pregúntese: “¿Hacia qué me orienta esta bendición encubierta?”, “¿Qué necesito ver, que se me está pasando por alto, para mejorar o cambiar esta situación?”, “¿Qué mensaje me trae esta bendición encubierta?”
Amado Padre-Madre,
Reconozco tus infinitas bendiciones en cada instante.
Admito tus bendiciones de todo tipo.
Abro mi corazón a todas tus bendiciones.
Absorbo tus maravillosas bendiciones.
Agradezco profundamente tanta bendición.
Me ofrezco a darle bendiciones a otros que las necesiten.
Gracias, gracias, gracias amado Padre-Madre.
En el nombre de Jesús.
Amén.