El rencor es un mal que lleva en si mismo enojo extremo e incluso, malicia. El rencor habita en un corazón que no perdona, y que está ligado a la traición.
El rencor es una emoción corrosiva que está enraizada en sentirse extremadamente enojado con alguien hasta el punto de desearle daño. Pero, la víctima real del rencor es la persona que lo lleva en si misma.
La cura para el rencor son dos:
- La primera cura es concientemente desapegarse del rencor, lo cual significa soltar, liberar y dejar ir todos los pensamientos, palabras, y acciones que alimentan el rencor. Esto se logra a través del perdón profundo, en el cual, sin justificar, ni abalar el daño que se cometió contra nosotros, nos ayuda a limpiar nuestro ser, y nuestro corazón de nuestro deseo de venganza, de revancha o de dañar a esta persona.
- La segunda cura es, con una intención pura, desearle bienestar a la persona que nos ocasionó daño. (Es posible, que el rencor esté dirigido a alguien que ya ha muerto, pero, aún así, podemos desearle bienestar a su alma, donde quiera que esté).
Amado Padre-Madre,
Enséñame lo que se siente vivir mi vida sin sentir rencor en contra de nada ni de nadie.
Enséñame tu definición y entendimiento de lo que es el perdón.
Limpia con tus rayos sanadores mi ser y mi corazón de todo rencor, de toda necesidad de venganza, revancha o deseo de hacerle daño a quienes me han herido.
Yo suelto, libero y dejo ir este rencor, y lo sustituyo con amor incondicional.
Yo soy en el amor puro, y es el amor puro en mi.
Yo soy en ti, y tu eres en mi, amado Padre-Madre.
Camino libre de rencor.
En el nombre de Jesús.
Amén.