Recibir, es la aceptación momento a momento, de lo que viene a usted. Y, aquí, debo señalar, que no dije: “Es la aceptación momento a momento de todo lo bueno que viene a mi”. No. Recibir es la aceptación momento a momento de lo que viene a usted, sea lo que sea.
No es posible, recibir solo lo que queremos recibir, no podemos crear una especie de burbuja en la que solo vamos a recibir lo que juzgamos como bueno para nosotros, porque el Universo no funciona así. La luz y la sombra co-existen. Lo que consideramos bueno, muchas veces viene sembrado en un territorio difícil y borrascoso. El recibir significa un Si total, absoluto a todo aquello que viene a usted.
Yo se que el considerar este punto de vista muchas veces nos hace temblar, porque la realidad es que invertimos mucho tiempo y esfuerzo en nuestra vida, resistiéndonos, peleando, batallando, negando todo aquello que pueda hacernos sufrir. Y en el recibir, existe la necesidad de rendirnos, de bajar las manos, de dejar de pelear, y de alejar de nosotros todo aquello que no nos gusta, que nos asusta, que nos intimida.
Por eso es que es más facil dar (o regalar), por que en el dar, tenemos cierto control, podemos dar y mantener nuestra coraza puesta, podemos dar sin ser vulnerables, podemos dar sin tener que ser humildes, podemos dar sin tomar riesgos más allá de lo que sentimos que es confortable y seguro para nosotros.
Pero el recibir significa vulnerabilidad, humildad. Porque todo aquello que es bueno, todo aquello por lo que hemos estado pidiendo recibir, puede y muy seguramente va a venir desde un lugar que no conocemos, de forma inesperada, no familiar ante la cual, si estamos cerrados y acorazados, ni siquiera la vamos a ver venir. Y mucho menos estaremos abiertos a recibir.
A través de nuestras experiencias dolorosas, nos vamos cerrando, nos vamos aislando, y vamos colocando mecanismos de defensa diseñados para evitar que aquello doloroso que pasó antes, vuelva a pasarnos otra vez. Y si bien, es importante tener mecanismos de defensa ante ciertas circunstancias y ante ciertas personas, el problema es que no sabemos discernir cuándo estar abiertos, y cuándo cerrar compuertas. Terminamos cerrando todo nuestro ser y desconéctandonos de la intimidad con otros seres, de la intimidad con Dios, de la intimidad con los Milagros, de la intimidad con las sorpresas agradables y emocionantes, terminamos desconectándonso de nosotros mismos.
¿Para qué quiero recibir? ¿Por qué podría interesarme abrirme a recibir? ¿Qué importa si mi energía se estanca y no hay circulación en mi ser? Importa, porque la aceptación definitiva, es la aceptación, de uno mismo dentro de uno mismo.
El recibir se traduce en recibirme a mi mismo dentro de mi mismo. Si yo no me recibo a mi en mi, ¿cómo poder expresarme creativamente? ¿cómo poder manifestar mi regalo al mundo, mi misión en esta tierra, si no puedo ni siquiera recibir mi imagen en el espejo? Para dar mi mensaje al mundo, para atreverme a salir cada día a la calle, siendo quien soy, con la bandera de mi personalidad, mi magnificencia, y mi fuerza de espíritu, necesito a la vez ser vulnerable, y aceptar, que quizá no le guste a todo el mundo, que quizá ante los ojos de otros, me vea como loco, como excéntrico, cómo difícil, como desajustad
La capacidad de recibir tiene una relación directa con atrevernos a ser quien somos, y sentirnos merecedores, sentirnos suficiente, así como estamos, así como somos.
El recibir llama a unificarnos con la vida, con las experiencias que me pasan en la vida, y especialmente con Dios en mi.