De una o de otra forma, todos hemos sentido el temor de que no somos suficiente, de que nos hace falta algo. Este temor puede traducirse en un sentido de no valía, y en tener la sensacion de que somos un fraude, o que estamos dañados. O bien, podría también traducirse en algo más leve, pero no por eso menos dañino: podríamos sentir que no somos tan buenos como la otras personas nos dicen que somos. Este temor también puede traducirse en una inseguridad crónica en nosotros mismos.
Ya sea en forma intensa, leve o incluso inconsciente, todos tenemos este temor de no valer tanto como deberíamos, de no ser suficiente. De no dar la talla.
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Este temor nos indica que manejamos una creencia fundamental de que de alguna forma estamos rotos. Y, parece una conclusión natural cuando estamos tratando de resolver algo en nuestras vidas, que no podemos resolver por más que tratamos.
Por ejemplo, hacemos este tipo de pregunta: “¿Por qué todavía estoy soltera?” “¿Por qué sigo cometiendo los mismos errores?”, “¿Por qué sigo en relaciones inestables y abusivas?” “¿Por qué sigo haciendo lo mismo?” Y, sacamos conclusiones tales como: “Hay algo malo en mi.”
Nosotros somos el constante en nuestros problemas, y por lo tanto, fácilmente tendemos a culparnos por ellos (lo cual no es lo mismo a tomar responsabilidad). Entonces, nos convencemos de que no nos sentiríamos tan mal si nos pudiéramos “componer”.
Tal vez el reto más grande no es aprender a repararnos, sino aprender a amarnos, aceptarnos y respetarnos a pesar de sentirnos así. Quizá todo lo que pasamos que es doloroso, no sea más que una invitación a amarnos sin importar lo que esté pasando por nuestras vidas. Quizá el sentir que no somos suficiente no sea más que un espejismo el cual desaparece en el momento en que elegimos dejar de obsesionarnos con componernos y elegimos vivir sintiéndonos lo más completos, sagrados, y amorosos con y en nosotros mismos. Y, cuando finalmente aprendemos a vivir amándonos con nuestra luz y nuestra sombra, es cuando logramos tener el poder personal para poder realizar cambios importantes y positivos en los asuntos que hoy por hoy, representan un problema para nosotros.
Esta semana y cada vez que se sienta inadecuado, dígase a si mismo:
A pesar de que siento que no soy suficiente, yo elijo aquí y ahora vivir este asunto que me duele/atormenta/preocupa/ sintiéndome completo, amándome en cada paso y sabiendo que puedo confiar en mi, en mis habilidades para resolver esto, y en comunión con mi Creador que es quien me da la fuerza del amor para sobrepasar todo obstáculo.
Así es y hecho está. En el nombre de Jesús. Amén.