Mi poder en el mundo se origina en el poder de mi corazón. Mi corazón se asienta en la certeza de que todo poder viene de la Gracia de Dios.
Hoy elijo dar un salto de Fe y atreverme a dar el paso que se que necesito dar, pero que hasta hoy no me había atrevido a dar.
Hoy me pongo de rodillas y le digo a mi Creador:
Amado Padre, se que para poder seguir viviendo en integridad frente a mi mismo, necesito dar este paso.
Y sé que sabes que me he sentido cobarde, pequeño y vulnerable de equivocarme, y de terminar sufriendo por haberme atrevido ha hacer lo que se que es lo correcto para mi.
Pero hoy declaro que en Ti confío, y que confío en mi intuición, en mi corazón, en mi capacidad de acción y en esta certeza de que no puedo seguir indeciso y cobarde.
Me lanzaré Padre, ha hacer aquello que sé que es lo correcto para mi, sabiendo que soy amado, que soy sostenido y sabiendo que cuando camino desde la verdad de mi corazón, en luz y en integridad, la luz de Tu Gracia ilumina mi caminar y abre puertas inimaginables que me llevan a ser la mejor versión de mi mismo y a vivir una vida que merece ser vivida.
Doy este paso desde el amor, desde la luz, desde Ti, en Ti y anclado en Ti.
Acompáñame Padre y envía a Tus Ángeles a abrir senderos de luz para mi.
Gracias, gracias, gracias.
En el nombre de Jesús, así es y hecho está.
Amén.