Así como otros nos han podido haber herido, así nosotros, indudablemente, hemos herido a otros con nuestras acciones, nuestras palabras, nuestros juicios, con nuestra mirada, con nuestro pensamiento.
¿Por qué es tan importante tomar conciencia de esto y retractarnos de toda herida que hemos ocasionado a alguien más? Porque cuando herimos a otras personas, desencadenamos una energía contraria al amor la cual no trae sino destrucción y sombra (para la persona que herimos, para el planeta Tierra, para nosotros mismos y a los nuestros) No tenemos idea de que en el acto de lastimar a otro ser, de cualquier reino de Dios: humano, animal, vegetal, mineral, nos separamos de nuestra Luz y de la de Dios creando un bloqueo gigantesco a experiementar en nosotros mismos todo lo verdadero, todo lo respetable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo digno de admiración, todo lo que es bondadoso y próspero.
Si lo que desea de todo corazón es vivir en la luz, hoy lo invito a sanar la herida y el sufrimiento que usted ocasionó en otros, a tomar responsabilidad de la parte que usted ha tenido en causar dolor en otro ser:
- Busque un momento de silencio. Cierre sus ojos y siéntese en un lugar cómodo
- Tome una respiración profunda. Relaje su cuerpo
- Y desde su amor y su gratitud conéctese con nuestro Creador.
- Concéntrese en su respiración
- Dejando fluir el aire
- Observe como recorre todo su sistema respiratorio
- Respire suave y continuamente, con la conciencia de estar inhalando la vida y sintiendo cómo está en presencia de Dios.
- Recuerde a lo largo de su vida todos aquellos eventos y momentos que de alguna manera irrespetó, hirió o lastimó a cualquier persona o ser de la creación de Padre a través de sus palabras, de sus acciones, de sus miradas, de sus juicios, sus pensamientos, su rechazo, y de su falta de consideración, delicadeza y empatía; revisando en cada uno cual fue su intención y revisando cuáles fueron sus motivos. Y si está en su corazón, arrepintiéndose del daño que causó.
- Conforme recorre cada hecho, perdónese por cada uno en forma general.
- Recuerde el hecho, su intención, las probables causas y si usted se arrepiente o no y luego pase al siguiente hecho.
- Tomando conciencia con humildad de que usted no es perfecto, perdónese a sí mismo por cualquier daño hecho a otros seres o a usted mismo. Dejando fluir el perdón de Padre y el perdón de usted mismo hacia todos estos actos.
- Dentro de este proceso de perdón, pida perdón a cada uno de los seres que afectó y comenzando por usted mismo si es el caso.
Una vez que ha hecho todo esto, con una mano en su corazón y otra en su frente, repita esta oración con todo su corazón e intención de sanar: