Esta semana acepto que yo solo no puedo con todo esto que acontece en mi vida.
Dejo ir mi arrogancia y mi orgullo de pensar que no necesito a nadie, que no necesito a mi Creador.
Y en esta gran verdad, con gran humildad, pongo mi vida ante el Altar de mi Creador para que Él-Ella ponga orden divino en ella,
y me ayude a componer su curso orientándola hacia la luz, hacia el amor y hacia donde sea Su voluntad.
Amado Padre, vengo a ofrecerte mi vida y a decir gracias por todo lo que haya pasado,
y Sí a lo que ha de venir.
En Tu Voluntad Camino.
En la luz elijo vivir y actuar.
En el Amor disperso el temor.
Ayúdame a redirigirme a la luz, y al plan divino de mi vida.
Gloria a Ti.
Amén.