Mi alma amanece a veces, sintiéndose como grama recién cortada. Huele a nuevos comienzos, a frescura, y me ubica de regreso en la gloria de estar viva.
Veo al cielo y recuerdo que no estoy sola, que Dios, me ha enviado a sus ángeles, y que como nubes blancas, me acompañan a donde quiera que voy. Y les hablo, y me contestan. Y a veces, solo compartimos silencios largos.
Aquí un fragmento de uno de esos días mágicos y milagrosos:
Hoy me desperté con el olor a grama recién cortada,
Supe que me vida se trata sólo de amor,
De tardes sublimes, con las palmeras meciéndose brillantes como diamantes al ritmo suave del viento de playa sobria.
Y me quedé entre mis sábanas blancas sonriente y satisfecha.
Soy otra, la misma, renacida.